El Papa Francisco ha hablado de nuevo pacto social por la educación. Una nueva educación que fomente la trascendencia de la persona humana.
La Catedral de la Inmaculada Concepción de Cuenca recibió el pasado 7 de noviembre a delegaciones de establecimientos católicos de Azuay, que con mucho entusiasmo acudieron para celebrar el día del educador católico. Al momento 31 planteles forman parte de la Federación de Establecimientos de Educación Católica del Ecuador FEDEC, donde se destacan congregaciones como las de Marianitas, Dominicos, Jesuitas, Salesianos, entre otras.
La Hna. Rosita Quilambaqui, presidenta del organismo, destacó lo hermosa y a la vez sacrificada, que resulta la tarea de la educación. La religiosa dominica pone énfasis en el rol de formar a la niñez y juventud con valores humano-cristianos, siguiendo el modelo del Jesús, el gran Maestro.
Para la religiosa, la educación es una vocación, es ser discípulos misioneros de Jesús. Se trata de formar la mente, el corazón y la voluntad, enseñando a los jóvenes a pensar, a crecer como seres humanos y a practicar los valores. “Es escuchar al estudiante, caminar con él, ser empático, compartir el dolor del niño y joven que necesita ser escuchado, amado, acompañado y acogido”.
Para Saúl Guamán, vicepresidente de FEDEC, la Eucaristía ha sido vivida como un signo de unidad y agradecimiento a Dios, porque les permite educar evangelizando. Comenta que lo que distingue a los educadores católicos es la pasión con la que ejecutan su tarea. “La educación es integral. El educador llega al corazón del alumno. Cuando el joven encuentra que es amado, las cosas cambian”, acota.
Precisamente el Papa Francisco, al referirse a esta tarea ha dicho que la educación es siempre un acto de esperanza. No hay educación estática. Es un acto de esperanza y solidaridad intergeneracional. Es necesario pensar en un nuevo tipo de educación que permita superar la actual globalización de la indiferencia y la cultura del descarte, dos grandes males de nuestra cultura. El pontífice recuerda que por efectos de la pandemia del covid, más de mil millones de niños han enfrentado dificultades en su educación, cientos de millones han experimentado un retraso en oportunidades de desarrollo social y cognitivo, han sufrido aislamiento, exclusión, angustia y crisis espirituales. Ha sido una crisis educativa sin precedentes.