La Evangelización es la misión que realiza la Iglesia para sembrar el Evangelio en el corazón de las personas. Es la comunicación de la buena noticia que nos trajo Jesús.

Tras dos años de formación, el 13 de julio en la parroquia Llacao la Escuela Vicarial de Formación Teológico-Bíblico-Pastoral Siloé, graduó a su primera promoción. Recibieron sus certificados 159 agentes de pastoral.
El director de la Escuela fue el P. José María Guzmán. El vicario de la zona P. Juan Pablo Orellana, colaboró en este proceso. En la ceremonia de graduación, el P. Orellana agradeció a sacerdotes, seminaristas y laicos que apoyaron esta formación. Manifestó que queda el compromiso de cada formado para que lo aprendido se cristalice en nuestras actitudes, sabiendo que todos estamos en un proceso de conversión continua. Además, invitó a los asistentes para que este compromiso se asuma con toda la comunidad.
La Escuela de formación tuvo el apoyo de la Arquidiócesis de Cuenca. Monseñor Marcos Pérez, Arzobispo manifestó que el proceso de formación debe ser permanente, “La formación es un trabajo artesanal, un trabajo de toda la vida. Nunca podemos decir que hemos terminado todo el conocimiento de amor de Dios, porque Dios es infinito y eterno”, expresó.
Hablar de evangelización o de catequesis, es hablar de Jesús. La Iglesia realiza su labor misionera por medio de varias actividades, en las siete comisiones de pastoral. No se trata solo de enseñar la buena noticia, es necesario el buen testimonio de la vida cristiana. El testimonio es la transmisión del mensaje cristiano con el ejemplo, con la palabra, con las obras.
Jorge Redrován, a nombre de los graduados expresó su alegría por este logro. Trajo a la memoria la cita bíblica de Oseas 4-6: “Mi pueblo muere por falta de conocimiento”. Comentó que la formación estuvo acompañada de muchas experiencias positivas. Una formación impulsada por el amor a Dios. “Este proceso ha sido una bendición para cada participante, y nos ha dejado con ganas de aprender mucho más”, concluyó.