Jóvenes, seminaristas, religiosas, sacerdotes y miembros de la comisión de catequesis, renovaron su compromiso de ser Iglesia sinodal de comunión, participación y misión.
El sábado 11 de febrero, en la Catedral de la Inmaculada Concepción, se llevaron a cabo Eucaristías para celebrar dos grandes eventos: La Jornada Mundial del Enfermo y la fiesta del Santo Hermano Miguel, patrono de los catequistas.
Sobre la primera celebración, el padre Esteban Sánchez, coordinador de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cuenca, compartió la reflexión del Papa Francisco, sobre “el hecho de que es precísamente a través de la experiencia de la fragilidad humana y de la enfermedad, como podemos aprender a caminar juntos según el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura”.
Para el padre Sánchez, en este camino sinodal, cuidar del enfermo significa contemplar desde la compasión y por lo tanto, la palabra enfermo, es caminar con el débil. Asimismo, trae a la memoria las palabras del padre Verdi Plaza, quien al referirse al Día del Enfermo dice: “es una llamada que interrumpe la indiferencia y frena el paso de quienes avanzan como si no tuvieran hermanas y hermanos”.
De otro lado, la Pastoral juvenil vocacional, misiones y de catequesis, celebraron el último sábado, la fiesta del Santo Hermano Miguel, patrono de los catequistas.
La celebración estuvo precedida de un desfile que partió desde el Parque de San Blas, en el que participaron catequistas de las vicarías occidental, oriental, del sur, suburbana, urbana, colegios laicos y Centro de Catequesis, quienes renovaron su compromiso de enseñanza en la fe. Luego se desarrolló la Eucaristía que fue presidida por el padre Julio Castillo, vicario de pastoral en representación del Arzobispo de Cuenca Marcos Pérez.
En esta ceremonia el padre Ramiro Cristancho, coordinador arquidiocesano de catequesis, agradeció por el ministerio de la catequesis. “Queremos ser discípulos misioneros que escuchan la voz del Espíritu Santo, para llevar a cabo la tarea evangelizadora de construir una civilización de amor, al salir al encuentro del hermano con alegría”, manifestó.