Con mucha alegría, pero también con miedo y preocupación, así recibió Monseñor Fernando Ortega, la noticia de su nombramiento como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Cuenca. Fue el Nuncio Apostólico en Ecuador, Mons. Andrés Carrascosa quien le comunicó la noticia.
Una vez enterado de este nombramiento, Monseñor Ortega ha puesto su confianza en Dios. “Él hará lo que tiene que hacer, él me asigna y él tiene que proveer. Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad”, comenta.
El Señor me ha sorprendido de muchas maneras, esto no me lo esperaba y cambia radicalmente muchas cosas”, refiere Monseñor Fernando, al tiempo de reflexionar sobre la vida del sacerdote, que implica muchas renuncias y cambios. “Dios siempre va cambiando los planes”, refiere.
El nuevo obispo auxiliar, viene de una familia corta. Su padre falleció cuando era niño, vivió con su madre y dos hermanas. Ya en la juventud, se unió a grupos pastorales, se enroló en el movimiento laurista y luego apoyó en una comunidad indígena en la selva colombiana, donde vivió la dura realidad del paramilitarismo y guerrilla.
Su labor pastoral la ha desempeñado en varias comunidades indígenas de Ecuador. Estas experiencias le ayudaron a madurar su vocación y entender que su vida es la entrega al Señor.