La Eucaristía tuvo varios matices, la fiesta del clero, el centenario del natalicio de Mons. Luna Tobar y la oficialización del nombramiento de capellanes de su Santidad.
La fiesta de la Inmaculada Concepción de Cuenca de celebró el pasado viernes 8 de diciembre con una Eucaristía en la Catedral de Cuenca. Hubo gran algarabía entre los miembros del clero, por tratarse de su patrona. En su homilía, Monseñor Marcos resaltó las virtudes de María. “María es el gran modelo de preparación para la venida del Redentor. El ángel la llama «llena de gracia». Significa que la Virgen está vacía de maldad, es sin pecado, Inmaculada. En este día de encuentro fraterno del clero de Cuenca, junto a María Inmaculada, proclamemos las grandezas del Señor, demos gracias por el don de la fe y de nuestro sacerdocio. Que vivamos cada día lo que nos sucede con humildad y alegría, como la Virgen, libres de nosotros mismos, con la mirada puesta en Dios y en el prójimo que encontramos en el camino de la vida”, manifestó.
Otro motivo importante fue la conmemoración de los cien años del natalicio de Mons. Luis Alberto Luna Tobar, cuya agenda inició en julio de este año. Monseñor Marcos recodó el legado del pastor. “Luna Tobar hizo historia en Cuenca y en toda la Iglesia ecuatoriana. Su vida entregada al anuncio del Evangelio y el servicio a los pobres y necesitados, refleja el corazón del buen pastor, de un hombre lleno de Dios, que durante toda su existencia sirvió al prójimo, porque descubrió la presencia de Jesucristo en los hombres y mujeres del pueblo. Leyendo la biografía de nuestro hermano Luis Alberto, encontramos diversas facetas de su vida: maestro y pastor cercano a su pueblo, tierno y firme en la defensa de la dignidad de las personas, hombre de profunda oración e hijo fiel de la Iglesia y de María, comprometido con la causa de los pobres”, señaló. Finalmente, la Arquidiócesis hizo oficial el nombramiento del Papa Francisco, como Capellanes de su Santidad a los sacerdotes Marco Martínez y Francisco Calle. Este título constituye un reconocimiento a la entrega fiel y generosa de estos sacerdotes al servicio de Dios y de la Iglesia de Cuenca, destacó Monseñor.