En Cuenca 33 misioneros colaboran con enfermos en los hospitales José Carrasco, Vicente Corral Moscoso, Fasec, Solca y clínicas privadas. Les llevan esperanza.
Con una Eucaristía solemne se conmemoró el 17 de febrero, la 32 Jornada Mundial del Enfermo. La Eucaristía se desarrolló en la Catedral de la Inmaculada Concepción de Cuenca, a donde concurrieron misioneros de la Parroquia Señor de la Salud, una instancia creada por el Papa Juan Pablo II para salir en socorro de los enfermos y sus familias. El 11 febrero de 1992 se instituyó esta jornada mundial, pero fue el 31 de octubre del 2011 cuando se crea la red de la salud, con la concurrencia de todas las parroquias eclesiásticas. Más adelante Mons. Marcos Pérez, da su apoyo y se conforma una parroquia exclusiva para trabajar por la salud.
Fe, amor y esperanza a Dios, así resume el P. Manuel Maita responsable de la parroquia de la salud, la misión con el enfermo. Dios es un Dios vivo y dador de vida. Aunque estemos consientes que el enfermo tiene poco tiempo de vida, tiene que ser animado y no perder la esperanza”. El P. Maita prefiere hablar de vida, antes que de muerte. “Tener un encuentro con Dios puede ser la esperanza que anima a muchos enfermos. Cuando un enfermo encuentra la paz, halla la felicidad”.
Teresa Bermeo, vicepresidenta de la parroquia comenta que la misión consiste en llevar la Palabra de Dios a los pacientes y sus acompañantes. “No todo está dicho, solo la palabra de Dios tiene autoridad”, comenta.
Este servicio ha permitido a los misioneros, conocer experiencias de vida extraordinarias. No en pocas ocasiones los pacientes han superado pronósticos fatales de los médicos. En ocasiones, también se ayuda a las familias con hospedaje y alimentación, a través de las casas de acogida el Buen Samaritano y la Posada San Francisco, y hasta en casa de los misioneros.
Cada semana, la parroquia Señor de la salud llega a los hospitales José Carrasco, Vicente Corral Moscoso y Fasec, con Eucaristías, oración, comunión y santos óleos para los enfermos. Pero, sobre todo lleva a Dios y con Él, esperanza y paz.
