Un cristiano lo primero que debe creer es que Dios es padre, que Dios es amor. Si no lo hace, entonces no se ha enterado de quién es Dios. “Tenemos que creer en el amor de Dios”, ha referido el Nuncio.
Mons. Andrés Carrascosa, Nuncio apostólico en Ecuador, mantuvo varios encuentros con diferentes comunidades e instituciones en Cuenca.
El primer contacto fue en la Universidad del Azuay, donde compartió sus reflexiones con docentes y estudiantes. Allí propuso a los presentes una reflexión sobre el rol de la universidad y el desafío del mundo moderno. De qué sirve saber mucho si el profesional no tiene valores, se preguntó. “Sin la ética no vamos a ninguna parte”, refirió.
Otro de sus encuentros fue con el clero de Cuenca, religiosas de la vida consagrada y laicos que sirven en los consejos pastorales de varias parroquias, donde habló de la fraternidad, un elemento planteado tanto en el Sínodo de la sinodalidad, como en el 53 Congreso Eucarístico Internacional a desarrollarse en Quito en septiembre próximo.
Monseñor Carrascosa ha invitado a vivir la sinodalidad y fraternidad. La sinodalidad entendida como el caminar juntos, vivir en comunión en la Iglesia. Vivir el mandamiento nuevo que nos dio Cristo: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado, y el resto conocerá que son discípulos míos”.
Lo que plantea la fraternidad es mirarnos hacia adentro. Que comuniquemos bien, pero que comuniquemos vida. Debemos vivir entre nosotros la hermandad. Vivir realmente como verdaderos discípulos del Señor, a partir de allí seremos misioneros.
Al finalizar estas reuniones, Monseñor Carrascosa mostró su alegría por los diálogos extraordinarios que ha podido mantener en todos los encuentros, donde ha evidenciado el deseo de los participantes de querer profundizar en el mensaje compartido.
Esta visita es la respuesta al pedido hecho por el Arzobispo de Cuenca, con el fin de mantener un diálogo fraterno al interior de la Iglesia. En los próximos días, el Nuncio visitará otras diócesis, para compartir el mensaje del Papa.