El 4 de enero, en la Iglesia de las Misioneras Corredentoras de Cuenca, se llevó a cabo el Pase del Niño Dios de la Pastoral Indígena de la Arquidiócesis de Cuenca. Los participantes asistieron vistiendo sus trajes autóctonos. Acudieron padres, hijos y amigos con gran alegría. La celebración culminó con la Eucaristía que fue presidida por Monseñor Marcos Pérez, Arzobispo de Cuenca. En esta fiesta religiosa participaron seis grupos pertenecientes a dos nacionalidades indígenas del Ecuador: saraguros y otavalos. Las canciones y algunas lecturas fueron pronunciadas en quichua, el Evangelio fue proclamado en español.
La Hna. Blanca Hidalgo, misionera Laurita, destacó la fe y compromiso de los indígenas, quienes dejaron de ser grupos para convertirse en comunidades, lo que implica apego a los principios de Cristo. Llevan siete años en este espacio. “La idea es que seamos una Iglesia con rostro propio, con servidores, catequistas y ministros propios. Ellos dan fuerza al sentido comunitario en sus actividades”, comenta la Hna. Blanca.
La pastoral indígena está integrada por unas 300 personas, la mayoría son comerciantes de El Arenal y obreros de la construcción, que se reúnen en centros ubicados en Cristo del Consuelo, Tres Tiendas, Miraflores y Santo Cenáculo. Desde la pastoral indígena se hace labor social. Se trabaja para la evangelización y evitar la discriminación y marginación de la que son objeto estos grupos vulnerables.
