La Semana Bíblica se lleva a cabo cada año, en el mes de febrero. En este espacio se abordan temas sugeridos por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, pero sin dejar de lado las necesidades propias de formación.
Del 3 al 7 de febrero la Arquidiócesis de Cuenca llevó a cabo la Semana Bíblica. El evento formativo se desarrolló en la parroquia Nuestra Señora del Carmen (Virgen de Bronce) de 19:00 a 20:30, mediante las modalidades presencial y virtual.
La Lic. Olga Pulla, Coordinadora de la Secretaría de Formación, comenta que al encontrarnos dentro del Año jubilar, el Papa Francisco nos llama a ser peregrinos de la esperanza, por ello, desde la semana bíblica se enfocaron las charlas bajo el tema: “La Mujer como María, Peregrina de la Esperanza”.
En este contexto, se desarrollaron las siguientes conferencias: “Rut, Mujer de fe” a cargo de la Dra. Katty Estévez; “Ester, Esperanza en tiempos difíciles” con la Dra. Vitoria Andreatta de Carli; “La Samaritana, opción por los pobres y marginados”, con el P. José Madanu; “Lidia, un legado de colaboración e inspiración”, con la Dra. María de los Ángeles Vaca, y “María, modelo de disciplina en la Iglesia”, con Mons. Fernando Ortega, Obispo Auxiliar de Cuenca.
Al evento presencial asistieron cada día cerca de 200 personas y más de mil a través de zoom y facebook. Desde las parroquias varios grupos de familias se unieron para ser parte de este proceso formativo que contó con el apoyo de vicarios, sacerdotes y laicos.
Cabe destacar que todas las áreas pastorales requieren de formación, por ello se han desarrollado iniciativas orientadas a capacitar a los agentes de pastoral. Olga Pulla destaca que hay parroquias que tienen su propia escuela de formación. Asimismo, está en marcha la creación de escuelas vicariales, con lineamientos compartidos desde la Arquidiócesis de Cuenca.
En este contexto se inscribe el proyecto desarrollado desde la comisión de catequesis, que tiene al frente al P. Ramiro Cristancho. Se trata de la propuesta de desescolarización de la catequesis, para lo cual se está preparando a los formadores.
En estos procesos formativos logramos varios objetivos, dice Olga Pulla. Por un lado, los laicos se enriquecen con la formación humana, espiritual y teológica, y a la vez, tienen la posibilidad de convertirse en formadores, para compartir lo aprendido al interior de sus familias, la comunidad y su parroquia.